La inauguración de los Juegos olímpicos acaparó la atención de todo el mundo. La ceremonia oficial se celebró bajo lluvia, a lo largo de 6 kilómetros del parisino río Sena. Las delegaciones navegaron por el cauce agitando las banderas de sus países. Como era de esperarse, la gala estuvo llena de momentos icónicos.
Paris es en estos momentos la capital mundial de los deportes. Ayer se realizó la ceremonia inaugural en la cual deslumbró el encendido del pebetero. Tomando como símbolo la historia de la aerostática en Francia, la llama olímpica se encendió en un globo gigantesco que se elevó a más de 60 metros.
Luego de que llegara al final de su recorrido, en manos de reconocidas leyendas del mundo deportivo, los atletas galos Teddy Riner y Marie Jose Pérec se acercaron a encender el pebetero. El globo aerostático se elevó en el cielo de Paris ante el sombro emocionado de quienes observaban en directo y por medio de las transmisiones.
El encendido de la llama olímpica es una tradición de las competiciones. Los organizadores de las ceremonias oficiales ponen todo su empeño en ofrecer un espectáculo memorable. Especialmente se diseña con cuidado y total secreto, la manera en la cual se encenderá la llama de los juegos. En esta ocasión los franceses no solo han hecho un derroche de creatividad, sino que lo han logrado de un modo sostenible. El globo aerostático es una invención eléctrica y por tanto no contamina con su inmensa llama.
En la historia de las ceremonias olímpicas serán recordados momentos como el de la reina María Antonieta cantando con su cabeza cercenada, el desfile fluvial de los deportistas y la actuación de Lady Gaga. El momento de mayor sentimiento fue la interpretación de la cantante Celine Dion. La afamada estrella vibró en el escenario olímpico, después de todo el mundo conociera su terrible padecimientos de salud.