El cauce impresionante del río Duero en su recorrido entre las ciudades paralelas de Oporto y Vila Nova de Gaia parece pequeño ante el inmenso cause humano que toma por asalto turístico la ciudad portuguesa de Oporto. Si, está confirmado, el turismo masivo también se apodera de Oporto.
La urbe es famosa por varios motivos. En Oporto hay una tradición de exportación de vino con siglos de antigüedad que atrae a cientos de miles de turistas para recorrer la historia de unos de los vinos más famosos del mundo. Pero la ciudad puerto también es relevante por su hermoso centro histórico, sus azulejos pintados a mano y los puentes levantados nada más y nada menos que por la compañía Gustav Eiffel antes de que existiera la famosa torre de París.
Oporto de los millones
Todas estas atracciones son la seducción perfecta y poderosa para que Oporto reciba al año más de 2 millones de turistas del mundo entero, especialmente procedentes desde España. Compartir fronteras con esta nación hace que sea muy fácil y sobre todo muy económico el arribo de visitantes españoles. Otras oportunidades hacen de la ciudad del Vino Oporto un destino ideal. El hecho de pertenecer a una de las rutas del camino de Santiago de Compostela posiciona a esta urbe en un eje fundamental. Ser una urbe de río y mar la hace aún más atractiva.
Las maravillas portuenses hacen que el turismo masivo tome por asalto a la segunda urbe más importante de Portugal. A pesar de ser una actividad económica de gran importancia tanto para Oporto como para la nación portuguesa, el turismo de masividad está llegando a niveles impresionantes. El centro de Oporto, que es por supuesto la zona más visitada, tiene un poco más de 224 mil habitantes y recibe una cantidad de turistas que supera ocho veces su cifra de habitantes.
Una ciudad portuguesa y mundial
Las calles de Oporto, especialmente en el verano, están atestadas de viajeros de todo el mundo. Es un verdadero cause de personas haciendo fotografías, hablando en sus idiomas, filmando videos, cazando bocadillos deliciosos y tomando vino, además de vivir una jornada que para ellos será memorable. Una jornada que bien pudiera pensarse que es un tormento para los lugareños.
Al parecer, Oporto aumentará sus estadísticas, ya que una reciente alianza con la ciudad catalana de Barcelona prevé impulsar en la urbe del famoso vino un turismo renovado de mucha más calidad. Además de esto, en 2025 Oporto acogerá a los participantes del 64 congreso de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones.
¿Turismo masivo que duele?
Sin embargo a los vecinos de Oporto parece no afectarles mucho. Los portuenses no se quejan de la masividad turística como si lo hacen, por ejemplo, los habitantes de la italiana ciudad de Venecia. El portuense es amable, jocosos y muy comunicativo, y lo más admirable es que no lo hace a cambio de pagos o propinas.
Basta con tomar un taxi para que el conductor, con un portugués atenuado hacia el español, un inglés de acento bastante refinado o un francés oportuno, te guíe por las maravillas de la urbe portuguesa. A penas se arriba al centro de la urbe portuense comienza a verse el mar de turistas. Un mar humano que busca tener una estancia maravillosa y volver con amigos o familiares para hacer más masivo el turismo de Oporto.
